¿Qué son los lápices eternos?
Los lápices eternos, también conocidos como lápices interminables o infinitos, son lápices que mantienen la forma clásica de un lápiz de madera o un lápiz portaminas. La diferencia está en que su composición de metales híbridos, entre ellos el grafeno, provoca que la punta oxide la superficie del papel, dejando así la marca de escritura. Son ideales para empresas que quisieran obsequiar lápices corporativos personalizados a su personal o también para instituciones y asociaciones comprometidas con el medio ambiente.
¿Quienes pueden beneficiarse de los lápices personalizados?
- Empresas: Regalos corporativos, eventos, promociones, tiendas de merchandising.
- Instituciones educativas: Colegios, universidades, escuelas de arte, talleres.
- Organizaciones sin fines de lucro: Eventos de recaudación de fondos, regalos para colaboradores.
- Particulares: Comuniones, cumpleaños, fiestas.
¿Qué ventajas tienen los lápices corporativos personalizados?
Las ventajas de obtener lápices impresos personalizados son las siguientes:
- Promoción de la marca: Al llevar el logo de tu empresa, estos lápices se convierten en una herramienta eficaz para dejar una impresión duradera en quienes los utilicen.
- Variedad en formas: Los lápices están disponibles en una amplia gama de formas y diseños. Desde redondos hasta triangulares y hexagonales, con tapas, gomas o estuches. Los lápices personalizados permitirán que los usuarios disfruten de un diseño y confort inigualables.
- Personalización a medida: Con los sets de escritura, como por ejemplo set-cindris o el estuchi-sulpox, podrás crear y elegir diseños únicos que transmitirán a la perfección el mensaje de marca que necesites.
¡La siguiente pregunta te puede interesar mucho!
¿Sabías cuál es el origen del lápiz?
Pues bien, el origen del lápiz tal como lo utilizamos hoy en día se remonta al siglo XVII, cuando el inventor Francés Nicolas Jacques-Conté elaboró una mezcla de grafito en polvo, arcilla y agua con fines comerciales.
Esto porque en Inglaterra, país en donde se hallaban los yacimientos de grafito, lo utilizaban para la fundición de cañones, por lo tanto existía una escasez generalizada de este material en Europa.
A esas alturas el lápiz se había vuelto una herramienta imprescindible para el humano y su fabricación, de una manera accesible para todos, resultaba imperiosa.
Aunque no sería hasta 1812 cuando William Munroe popularizó el lápiz hexagonal, o hasta 1858 cuando Hymen Lipman incorporó la tan querida goma de borrar al lápiz.
Pese a que desde entonces el lápiz ha conservado su fisonomía, hoy en día los lápices corporativos personalizados son herramientas indispensables para empresas que buscan grabar y difundir su mensaje y sus valores mediante un logotipo o un slogan.
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